A woman forming her hands as a heart over the Moon

El ciclo menstrual

La danza hormonal

Nuestras hormonas cambian constantemente a lo largo del día, afectando nuestros niveles de energía, metabolismo, sexualidad y emociones.

Día 1 del ciclo menstrual:
Esto marca el final de un ciclo de óvulo y el comienzo del siguiente cuando el folículo-ovocito comienza a ser estimulado. Nuestro ciclo menstrual es un proceso natural que cambia a diario, al igual que la Luna.

Cambios hormonales diarios:
Todos los días, nuestros niveles y proporciones hormonales varían, creando un delicado equilibrio que mantiene nuestros cuerpos en armonía.

Es importante reconocer y reconectar con estos ritmos naturales. Al comprender y adaptarnos a nuestras fases cíclicas, podemos abrazar nuestro verdadero yo con dignidad, honor, amor y respeto. Esta conexión es el camino para reconciliarnos con nuestra feminidad y reconocer el poder vivificante que poseemos.

Woman and the Moon

El Ciclo Menstrual: 2 Fases y 4 Etapas

Nuestro ciclo menstrual se divide en dos fases principales: la fase folicular y la fase lútea. Cada fase trae cambios hormonales únicos que influyen en nuestras experiencias mentales y emocionales.

Fase Folicular (Día 1 a la Ovulación):

Fase Lútea (Ovulación hasta el Inicio de la Próxima Menstruación):


Cada fase afecta la actividad cerebral de manera diferente:

Fase folicular: El hemisferio izquierdo, asociado a la lógica, el análisis y el lenguaje, está más activo.

Fase lútea: El hemisferio derecho, vinculado a la creatividad, la intuición y la conciencia espacial, se vuelve más activo.

Este equilibrio cambiante entre los hemisferios cerebrales refleja la naturaleza cíclica de nuestro ciclo menstrual, mostrando cómo las hormonas impactan profundamente nuestros estados mentales y emocionales. Comprender estas fases nos ayuda a apreciar las cualidades y fortalezas únicas que cada fase aporta a nuestras vidas.

woman holding moon in sunset

Las cuatro fases del ciclo menstrual

El ciclo menstrual se divide en cuatro fases distintas: preovulatoria, ovulatoria, premenstrual y menstrual. Cada fase juega un papel crucial en el viaje de maduración del óvulo y los cambios hormonales que influyen en nuestro cuerpo y mente.

Fase preovulatoria:
Prepara el óvulo para su liberación, con niveles crecientes de estrógeno.

Fase Ovulatoria:
Marca la transición entre las fases folicular y lútea, caracterizada por la liberación del óvulo del ovario. Esta fase personifica la creatividad y la preparación para una posible fertilización.

Fase premenstrual:
Los niveles de progesterona aumentan, mejorando la sensibilidad emocional y la intuición.

Fase menstrual:
El desprendimiento del revestimiento uterino, restableciendo el ciclo.

La etapa ovulatoria

Durante la etapa ovulatoria, el estrógeno alcanza su punto máximo y el óvulo se libera del ovario. Esta fase une la fase folicular, donde aumentan los niveles de estrógeno, y la fase lútea, dominada por la progesterona.

Para determinar qué ovario está ovulando, el cuerpo proporciona pistas sutiles. Masajear suavemente el área alrededor de los tobillos puede revelar una mayor sensibilidad:

Tobillo izquierdo:
Corresponde al ovario asociado a cualidades artísticas, reflexivas y femeninas.

Tobillo derecho:
Vínculos con el ovario asociados con características analíticas y masculinas.

Al apreciar estos cambios cíclicos, podemos comprender y armonizar mejor con nuestro ser único y en constante cambio.

From our very inception in our mother's womb, we carry within us the potential for life

Desde el momento en que somos concebidos, tenemos el potencial de vivir. En nuestros ovarios, contamos con alrededor de 500.000 folículos, cada uno de los cuales promete ser un óvulo inmaduro. A medida que llegamos a la edad fértil, estos folículos inician su viaje hacia la maduración, cada uno con el potencial de crear nueva vida.

Al inicio de cada ciclo menstrual, se selecciona un grupo de folículos para que crezcan y se desarrollen. Estos folículos elegidos compiten para convertirse en el dominante, destinado a liberar un óvulo maduro. A medida que avanza el ciclo, emerge el folículo dominante, que crece hasta alcanzar un tamaño de unos 2 centímetros. En este momento crucial, se abre de golpe, liberando el óvulo en el proceso de ovulación.

La belleza de la ovulación

La ovulación representa el arquetipo nutritivo de la maternidad, similar al calor del verano, la plenitud de la luna llena y la fluidez del agua. Es un momento de abrazar nuestra capacidad de nutrir y fomentar la vida. Sintiéndonos orgullosos y completos en esta capacidad, brindamos compasión, apoyo y orientación a quienes nos rodean, encarnando el amor de una madre.

Esta fase nos anima a:

Armonizar y Fortalecer Vínculos:
Fomente conexiones profundas con sus seres queridos.

Ofrezca apoyo y sabiduría:
Conviértase en faros de empatía y comprensión.

Adopte la intuición y la orientación:
Fluyan con sabiduría interior, transformándose en vasos de amor.

Al honrar esta fase, nutrimos un mundo lleno de compasión, cuidado y la esencia perdurable de la creación.

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El ciclo de la vida: comprender y armonizar con su ovulación

Conciencia espiritual emergente

La conciencia espiritual crece cuando reconocemos nuestra profunda conexión con la naturaleza y lo divino dentro de nosotros. Se trata de maravillarnos ante el vínculo que nos entrelaza con la Madre Tierra y nuestro linaje materno, fomentando un profundo sentido de pertenencia e interconexión.

Este despertar se manifiesta como una oleada de energía sexual creativa, que nos permite abrazar la pasión femenina en todos los aspectos de nuestras vidas. Ya sea a través de nuestros sueños, vestimenta, cocina o interacciones diarias, expresamos esta vitalidad en nuestros paseos, abrazos, canciones, bailes y expresiones corporales.

Nuestros cuerpos, en todas sus formas, se convierten en canales de lo divino y abarcan los elementos de la naturaleza: el sol, la lluvia o el viento. Se trata de abrirnos a las fuerzas creativas internas, confiar en nuestra sabiduría innata y expresarla a través del arte, la escritura, la música, la jardinería, la plantación de semillas o la meditación en la naturaleza.

Si bien este camino es encantador, es importante reconocer que muchos de nosotros hemos interiorizado el papel social de cuidador, a menudo hasta el punto de agotamiento. Reconocer y honrar estas fuerzas cíclicas dentro de nosotros requiere práctica consciente y cuidado personal.

Recuerde, estas energías residen no sólo en las mujeres que menstrúan sino en todos. El viaje de autodescubrimiento y amor propio es único y está en constante evolución, moldeado por nuestras experiencias y perspectivas individuales.

Nutre tu conexión con la naturaleza, cultiva la autocompasión y abraza los ritmos cíclicos de tu ser. A medida que profundices en tu conciencia espiritual, descubrirás una fuente de creatividad, pasión y vitalidad que enriquece tu vida e irradia hacia afuera para tocar el mundo que te rodea.

Nuestros huevos

Cada huevo es una semilla, un recipiente de inmenso potencial creativo. Con cada huevo, somos testigos de un extraordinario viaje de crecimiento y transformación.

A las 20 semanas en el útero de nuestra madre, nuestros ovarios contienen la asombrosa cantidad de 20 millones de óvulos. A partir de ese momento, comenzamos a perder estas preciadas células. En un sentido profundo, nuestros futuros hijos ya estuvieron en el vientre de su abuela.

Cuando un óvulo abandona su hogar ovárico, se embarca en un emocionante salto hacia lo desconocido, guiado por el fascinante movimiento de las trompas de Falopio, en busca de fertilización o eventual reabsorción.

A nivel biológico, el óvulo se convierte en el selector más exigente y envía señales para atraer a los espermatozoides que considera más compatibles.

Nuestras "criaturas", nuestros hijos y creaciones, son frutos de nuestro trabajo y pasión, entregados gratuitamente al mundo con amor. Los cuidamos, los liberamos y, a veces, los dejamos ir. Hacemos esto con una confianza inquebrantable, como un árbol que entrega sus frutos maduros sin expectativas, impulsado únicamente por el instinto de preservar y perpetuar la vida.

Este acto de creación no se trata de control o fuerza. Cada creación lleva sus dones únicos que evolucionan y se adaptan según nuestra etapa de vida y las necesidades del mundo que nos rodea.

En estos momentos de rendición, aprendemos a dejarnos llevar, a liberar nuestras expectativas y a fluir con nuestra naturaleza salvaje e indómita. Permitimos que el poder creativo dentro de nosotros se manifieste, guiados por una profunda sabiduría para el mejoramiento de todos los seres.

Hypothalamus

El equilibrio entre el hipotálamo, la glándula pituitaria y los ovarios

La intrincada danza de hormonas en el ciclo menstrual está orquestada por una colaboración armoniosa entre tres actores clave: el hipotálamo, la glándula pituitaria y los ovarios. Estas glándulas actúan como mensajeras, intercambian señales e influyen en la actividad de las demás para garantizar el buen funcionamiento del ciclo menstrual.

Hipotálamo:

Ubicado en lo profundo del cerebro, el hipotálamo actúa como director maestro y regula la sinfonía hormonal. Libera una hormona llamada hormona liberadora de gonadotropina (GnRH), que le indica a la glándula pituitaria que produzca dos hormonas importantes: la hormona folículo estimulante (FSH) y la hormona luteinizante (LH).

Glándula pituitaria:

Ubicada en la base del cerebro, la glándula pituitaria recibe GnRH del hipotálamo y responde liberando FSH y LH en el torrente sanguíneo. La FSH estimula el crecimiento y la maduración de los folículos en los ovarios, mientras que la LH desencadena la ovulación, la liberación de un óvulo maduro.

Ovarios:

Estas glándulas con forma de almendra, ubicadas a ambos lados del útero, albergan los preciosos óvulos que esperan la fertilización. Como la FSH guía el desarrollo de los folículos, estos producen estrógeno, la hormona responsable de preparar el cuerpo para el embarazo. Si no se produce la fertilización, el folículo dominante se transforma en un cuerpo lúteo, que libera progesterona, asegurando la estabilidad del revestimiento endometrial.

Este delicado equilibrio entre el hipotálamo, la hipófisis y los ovarios es esencial para mantener el ciclo menstrual y garantizar la salud reproductiva. Cuando alguna de estas glándulas funciona mal, el ciclo puede volverse irregular o incluso detenerse por completo.

Es importante nutrir nuestros ovarios, reconociendo su papel vital en nuestro bienestar general. Así como apreciamos nuestro corazón y nuestros pulmones, debemos apreciar el poder de nuestros ovarios, la fuente de nuestra esencia femenina y nuestro potencial de creación.

Recuerde, nuestros ovarios no son sólo órganos físicos; representan nuestra fuerza interior, vitalidad y capacidad de amar. Al comprender su papel en nuestro ciclo menstrual y respetar su delicado equilibrio, podemos empoderarnos para vivir una vida sana y vibrante.

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Dolor de ovario

Si bien la ciencia anatómica no reconoce el dolor de ovario como una condición médica específica, muchas mujeres experimentan calambres o punzadas en la región pélvica durante la ovulación, lo que se conoce como "dolor pélvico intermenstrual". Se cree que este dolor se debe a la rotura del folículo que libera el óvulo, lo que puede irritar las paredes abdominales e incluso provocar un sangrado leve.

Es importante señalar que la ciencia médica no ha explorado ni comprendido completamente todo lo que las mujeres sienten en sus ovarios. La estimulación del folículo para que madure y libere cada óvulo es un proceso complejo que implica una delicada interacción de hormonas del hipotálamo, la glándula pituitaria y los ovarios. Este intrincado sistema puede influir en nuestro bienestar general y en cómo experimentamos nuestros cuerpos.

Durante la ovulación, el útero también sufre cambios, cambiando su posición a una orientación más vertical. Se cree que esta posición facilita la absorción de esperma y aumenta la probabilidad de concepción.

La ovulación es una parte natural y esencial del ciclo menstrual. En cada ciclo se desarrolla un folículo lleno de líquido y que mide aproximadamente 2 centímetros de diámetro. Este folículo protege y nutre al óvulo, asegurando su maduración hasta que esté listo para ser fertilizado y potencialmente crear nueva vida.

Cuando se produce la fertilización, el folículo libera el óvulo, que luego es guiado por la trompa uterina hacia el útero. Los suaves movimientos de la trompa uterina ayudan al óvulo en su viaje, garantizando su paso seguro. Si no se produce la fertilización, el folículo se transforma en un cuerpo lúteo, que produce progesterona para mantener el revestimiento del útero hasta que comience el siguiente ciclo menstrual.

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Querida hermana

Es hora de recuperar la alegría de ser mujer.
No más dolor, no más frustración, solo amor puro y cuidado personal.
Embárcate en un viaje para abrazar nuestra feminidad con corazones abiertos y sonrisas radiantes.

Creo que toda mujer merece experimentar la plenitud de su feminidad sin verse obstaculizada por el malestar o la negatividad. Rompamos con las normas sociales que suprimen nuestros ritmos naturales y abracemos la belleza de nuestra naturaleza cíclica.

Este viaje comienza con el amor propio y la compasión. Se trata de comprender nuestro cuerpo, honrar sus necesidades y tratarnos con la ternura que merecemos. Se trata de cultivar un sentido de empoderamiento y autoestima, sabiendo que nuestras experiencias únicas no nos definen sino que nos hacen extraordinarios.

Juntas, podemos crear un mundo donde las mujeres se sientan comprendidas, apoyadas y celebradas por su feminidad, todos los días del mes. Desterremos el dolor, abracemos la alegría e irradiemos el amor que hay dentro de nosotros.

¡Celebra la vida!

Con amor susan
Aromaterapeuta Holístico y Naturópata
Fundador de elliotti.com