¿Qué es la dismenorrea?
La dismenorrea, o menstruación dolorosa, afecta entre el 50% y el 85% de las mujeres. Aunque es común, no debe considerarse "normal" o aceptable. El hecho de que muchas lo experimenten no significa que sea saludable. El hecho de que el dolor menstrual varíe y no sea consistente para todos sugiere que hay causas subyacentes que pueden ser tratadas.
La intensidad y percepción del dolor menstrual varían entre las mujeres. Algunas encuentran alivio con descanso y relajación, mientras que otras soportan un dolor severo que persiste incluso con descanso. El dolor que interrumpe la vida diaria no debe ser ignorado. Si el dolor menstrual está afectando tus actividades diarias, es importante buscar atención médica para identificar la causa y explorar opciones de tratamiento.
Recuerda, el dolor menstrual no es una parte inevitable de ser mujer. Con el diagnóstico y tratamiento adecuados, muchas mujeres pueden encontrar alivio y llevar vidas más saludables y plenas.
Dismenorrea Primaria o Dismenorrea Secundaria
La dismenorrea, o menstruación dolorosa, se presenta en dos tipos: primaria y secundaria. Esto depende de si una condición médica subyacente causa el dolor.
Dismenorrea Primaria:
Este tipo involucra calambres menstruales sin una causa médica específica.
Afecta hasta al 85% de las mujeres durante sus años reproductivos.
La causa exacta se desconoce, pero se cree que está relacionada con cambios hormonales y niveles aumentados de prostaglandinas, que causan contracciones uterinas.
Dismenorrea Secundaria:
Este tipo se debe a condiciones médicas subyacentes como la endometriosis, la enfermedad inflamatoria pélvica (EIP) o los fibromas.
Estas condiciones pueden causar inflamación, cicatrices o crecimientos anormales en el área pélvica, lo que lleva a dolor menstrual.
Aunque la dismenorrea primaria a menudo se considera "normal" porque es común, eso no significa que sea aceptable. Si el dolor menstrual afecta significativamente tu vida diaria, es importante ver a un médico para descartar dismenorrea secundaria y encontrar el tratamiento adecuado.
Con el diagnóstico y manejo correctos, ambos tipos de dismenorrea pueden tratarse eficazmente, permitiendo a las mujeres tener ciclos menstruales sin dolor severo.
Comprendiendo la Dismenorrea Primaria
La dismenorrea primaria es dolor menstrual sin ninguna condición médica identificable. A menudo comienza durante la adolescencia y puede mejorar con la edad o después del embarazo, aunque no siempre es así. El dolor generalmente se centra en la parte inferior del abdomen, pero también puede causar dolor en la parte baja de la espalda, náuseas, diarrea, estreñimiento, mareos, retención de líquidos, coágulos de sangre, dolores de cabeza, dolor en las piernas, alteraciones del sueño y el apetito, fatiga y depresión.
El malestar puede comenzar con el inicio de la menstruación o unos días antes. Generalmente alcanza su punto máximo dentro de las 24 horas de la menstruación y puede durar hasta dos o tres días. El dolor puede variar desde ardor y calambres hasta ser pulsante, sordo y constante.
Se cree que la dismenorrea primaria resulta de las contracciones uterinas, la dilatación del cuello uterino y la reducción de la circulación sanguínea al útero. Durante la menstruación, el útero se contrae para expulsar su revestimiento, causando calambres. La dilatación cervical permite que el tejido endometrial pase, pero también puede causar dolor. La reducción del flujo sanguíneo al útero puede limitar el oxígeno y los nutrientes, contribuyendo al malestar.
Aunque la dismenorrea primaria a menudo se considera una parte normal de la menstruación, es importante buscar ayuda médica si el dolor es severo o interfiere con tu vida diaria. Las opciones de tratamiento incluyen analgésicos, cambios en el estilo de vida y terapia hormonal. Con un manejo adecuado, muchas mujeres pueden encontrar alivio y tener una experiencia menstrual más cómoda.
Comprendiendo las Prostaglandinas y el Dolor Menstrual
Las prostaglandinas (PG) son hormonas producidas naturalmente en el útero que regulan las contracciones uterinas, esenciales para expulsar el revestimiento uterino durante la menstruación. Sin embargo, la producción excesiva de PGs inflamatorias puede causar calambres severos y obstaculizar el flujo sanguíneo, a veces llevando a una reducción del sangrado y la expulsión de coágulos endometriales.
El cuerpo produce PGs en respuesta a la inflamación, lesiones y estrés. Reducir estos factores puede ayudar a manejar los calambres menstruales. Además, el útero experimenta contracciones rítmicas durante el orgasmo, generalmente asociadas con el placer, lo que sugiere que la menstruación puede ser una experiencia positiva bajo condiciones favorables.
Varios factores influyen en la experiencia menstrual, incluyendo la actitud, las emociones, la tensión muscular, la estructura ósea y el equilibrio hormonal. Al abordar estos factores y reducir los niveles inflamatorios de PG, podemos potencialmente aliviar los calambres menstruales y mejorar el bienestar general durante la menstruación.
Comprendiendo la Dismenorrea Secundaria
La dismenorrea secundaria es el dolor menstrual causado por una condición médica subyacente. Generalmente comienza en la edad adulta, excepto en casos que involucran problemas congénitos como un útero bicorne, útero subsepto o tabique vaginal transverso. Este dolor tiende a empeorar con el tiempo, comenzando antes de la menstruación y a menudo durando incluso después de que termina.
Las condiciones subyacentes que desencadenan la dismenorrea secundaria a menudo involucran desequilibrios hormonales e inflamación. Las causas comunes incluyen:
Endometriosis:
Cuando el tejido que recubre el útero crece fuera de él, a menudo en las trompas de Falopio, ovarios o revestimiento pélvico, causando dolor.
Fibromas Uterinos (Leiomiomas):
Crecimientos no cancerosos en la pared uterina que causan malestar.
Adenomiosis:
El tejido endometrial crece en las paredes musculares del útero, provocando inflamación y dolor.
Enfermedad Inflamatoria Pélvica (EIP):
Una infección bacteriana de los órganos reproductores femeninos, a menudo transmitida sexualmente.
Estenosis Cervical:
Un estrechamiento del cuello uterino, que impide que la sangre menstrual fluya libremente, causando un aumento de presión y dolor en el útero.
Otras causas potenciales incluyen quistes ováricos y tumores, adherencias intrauterinas, dolor psicógeno y dispositivos intrauterinos (DIU), especialmente los de cobre. El dolor también puede resultar del intento del útero de expulsar tejido a través de una abertura cervical estrechada debido a cirugías previas o cicatrices. Además, los fibromas submucosos o pólipos endometriales que sobresalen a través del cuello uterino pueden causar dolor.
Comprender estas causas puede ayudar a buscar atención médica adecuada y tratamiento para un manejo más efectivo de la dismenorrea secundaria.
Aquí puedes ver causas y descripciones:
Quistes y tumores ováricos
Sacos llenos de líquido que se desarrollan en o sobre los ovarios u otros órganos reproductivos.
Adhesiones intrauterinas
Tejido cicatricial que se desarrolla en el útero, lo cual puede interferir con el flujo de sangre menstrual o dañar el cuello uterino.
Dolor psicogénico
Dolor causado por factores emocionales o psicológicos, como el estrés, la ansiedad o la depresión.
Dispositivos intrauterinos (DIU)
Pequeños dispositivos en forma de T que se insertan en el útero para prevenir el embarazo. Algunos, como los DIU de cobre, pueden empeorar los calambres menstruales.
Apertura cervical estrechada
Una apertura estrechada en el cuello uterino, que puede dificultar la salida del flujo menstrual del útero.
Fibromas submucosos
Crecimientos no cancerosos en la capa muscular del útero que pueden causar dolor y calambres.
Pólipos endometriales
Crecimientos en el revestimiento del útero que pueden causar dolor y sangrado irregular.
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